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El verano pasado queríamos un destino que combinara playa y diversión. Y bueno, si añadimos que somos unos USA lovers no se nos ocurrió mejor lugar que conocer Miami y ya de paso disfrutar de Walt Disney World Orlando. Barajamos distintas opciones de ruta, desde coger un crucero de tres días a Bahamas, hacer noche en Cayo West o descubrir una de las costas de la península. Finalmente nos decantamos por un mini ‘road trip’ por la Costa Oeste de Florida y finalizar nuestro viaje en Orlando. Queréis acompañarnos?

DÍA 0: LLEGADA A MIAMI

Llegamos a Miami a las tres de la tarde y ¡nos recibió con Sol! Teniendo en cuenta que las lluvias suelen hacer acto de presencia todos los días, agradecimos que en nuestra primera toma de contacto las nubes no nos acompañaran 😊. Tan pronto hicimos el checking en el hotel donde estaríamos alojados las siguientes 4 noches (Tradewind Apartment Hotel Miami Beach) nos dirigimos a explorar South Beach. La playa estaba a unos 10 minutos andando y nos podían más las ganas de descubrir, que el cansancio del viaje. Lo primero que nos encontramos según pisamos la arena, fue una de las famosas casetas salvavidas retratadas de una y mil maneras. No defraudaron, de hecho, pensaba que serían algo más pequeñas.

Así que emocionados por nuestro primer descubrimiento emprendimos paseo camino al Sur. Nuestro objetivo era llegar a South Beach y seguir fotografiando más casetas, pero Mario dijo basta. En este viaje nos arriesgamos demasiado con la silla de paseo. Bueno, más que arriesgarnos nos la jugamos y no nos llevamos nada; Así ¡a lo loco!. Así que en ese mismo instante en que dijo: «estoy cansado y quiero irme», nos planteamos conseguir un carro a toda costa. En una ciudad como Miami algo encontraríamos, ¿no? Cuando volvimos al hotel preguntamos en la recepción si conocían algún sitio donde comprarlo. El chico no supo darme ninguna indicación pero, de repente, se metió en un cuarto y me mostró una silla de paseo (de esas de a 20 Dólares la unidad que alguien se deja porque ya no la necesita) y ¡vaya que si nos solucionó la vida porque nuestra compañera de viaje durante los 20 días que estuvimos allí!. Así que con carro a la vista aprovechamos para comprar ‘provisiones’ en un supermercado que, nos dijeron sólo estaba a 15 minutos y, resultó que se convirtieron en 30… Más cansancio a acumular en nuestros cuerpos…Cena en el apartahotel y agotados nos fuimos a la cama a reponer fuerzas.

DÍA 1. ART DECÓ EN SOUTHBEACH

¡Ya estábamos listos (y con silla de paseo 😊) para conocer South Beach! Amaneció soleado y comenzamos nuestros pasos desde la playa, el mismo lugar que nos recibió la tarde anterior. El paseo camino hacia al Sur es comodísimo muy limpio y bien cuidado. Y si a ello le añadimos que disfrutas de las vistas de la playa y del mar a cada paso, se hace aún más entretenido. Nos cruzamos con mucha gente haciendo ‘footing’ por el camino más que habituados al clima soporífero de Miami. Eran las 9:30 de la mañana y ya estábamos sudando con un simple paseo y verles correr me angustiaba, jajajaj. Volvimos a ver más casetas, a cada cual más colorida, y por fín llegamos a Ocean Drive. No era un sueño, no estaba en mi bucket list pero para una amante de la arquitectura como yo, no sabría con cual de los edificios quedarme. La calle es un escenario de película donde parece que te teletransportas a los años 30 si no fuera por los deportivos de alta gama aparcados a las puertas de cada hotel. Es una zona más que recomendable.

Ocean Drive
El archifamoso hotel Avalon

Después de hacer unas cuantas fotos y disfrutar del paseo, buscamos algún parque donde dirigirnos para que Mario pudiera divertirse un rato. Siguiendo unas indicaciones que nos habían dado, llegamos justo al extremo de Southbeach donde había una playa más que apetecible. Otro erro:, no llevar bañadores encima. Plan B: Mario podía meterse en el agua con los pantalones cortos y nosotros, al menos, nos mojaríamos pies. Hacía tanto tanto calor y el Sol picaba tanto que os aseguro fue lo más parecido a llegar a un Oasis en medio del desierto. El agua parecía una piscina y apenas cubría. Era una zona muy familiar y decidimos volver otro día.

South Point Beach

Teníamos que seguir recorriendo South Beach así que después de ese pequeño ‘pit stop’ nos dirigimos hacia Collins Avenue pasando por Española Way. Quizás fuera por el cansancio y los kilómetros que llevábamos a nuestras espaldas, pero no lo apreciamos tanto como pensábamos en un principio.

Por la tarde ,volvimos a la playa que había cerca de nuestro hotel. Estuvimos prácticamente solos, pero era bastante más incómoda que la de la mañana para bañarse con niños. Y en la cena nos acercamos, de nuevo, a Española Way. Es una calle pequeñísima y muy bonita, de arquitectura mediterránea y repleta de restaurantes. En definitiva, una calle muy turística. Así que hicimos la turistada del viaje: nos metimos en un restaurante de comida española por aquello de variar algo en nuestra dieta. Las raciones que pedimos estaban muy ricas y de buena calidad, pero el precio que pagamos por ello no lo valía. Si a eso añadimos que pedimos vino, suma y sigue. Lo dicho, parecemos nuevos… Por cierto, las heladerías de la zona son también actas para bolsillos a los que no les importe gastarse en un simple cono de helado 5 euros..Ahí lo dejo!

Española Way

Tip: los accesorios para la playa: sombrillas, colchonetas, cubos, palas…los compramos en Wallgreens. Pero pueden encontrarse en cualquier supermercado o similar a precios asequibles.

DÍA 2: EVERGLADES

Como estos días estábamos sin coche por la zona, decidimos coger una excursión a los Everglades que incluyera trayecto. Otro ERROR que añadir a nuestra lista: Pero primero dejadme que os cuente.

La excursión incluía desplazamientos en autobús ida y vuelta y la entrada a una de las Granjas de caimanes que hay en el Parque Nacional. No tengo nada malo que decir acerca de la organización y puntualidad de la empresa con la que contratamos, pero no repetiríamos. Ésto es lo que haríamos si volviéramos: El día que dejáramos Miami, cogeríamos el coche de alquiler y, de camino a nuestro siguiente destino, habríamos parado a recorrer una de las zonas en Aerodeslizador con guía, a ser posible en español, y aquí se acabaría nuestra visita.

Ahora os cuento nuestra experiencia y juzgar por vosotros mismos. Después de recorrer varios hoteles de Miami para recoger al resto de turistas, nos dirigimos al PN de los Everglades. Una vez allí nos dijeron que la entrada incluía paseo en aerodeslizador, y “exhibición” de los aligator. El paseo en esta barca impulsada por hélices, que tan idealizada tenía, estuvo divertido. La mayoría de los ocupantes hablaban lengua hispana pero el guía que nos tocó no. Tengo que decir que no somos bilingües pero entendemos el idioma porque lo utilizamos casi a diario en nuestros puestos de trabajo. Pero no nos enteramos de absolutamente nada y mira que no paró de hablar en todo el trayecto, jajaja. Así que echamos en falta un poco de fluidez por nuestra parte o que el guía fuera latino Desconozco si puede elegirse esta opción porque no preguntamos. Por cierto, sí vimos aligator y tengo que decir que a los tres nos gustó la experiencia pese a los `peros’ que he comentado.

Everglades

Cuando terminamos nuestra aventura en aerodeslizador, nos dijeron que teníamos que esperar a la “exhibición”. La espera fue larga y comenzaba a llover. Con independencia de la lluvia, espectáculo no apto para amantes de los animales. Totalmente prescindible para nosotros. Ahí lo dejo.

En la tarde nos dimos otro baño en la playa de nuestro distrito y salimos a cenar a Bayside Market. Los componentes masculinos del equipo, los frikies de Hard Rock, tenían que cenar allí y añadir un local más a su peculiar ‘colección’. Bayside está ubicado en el Downtown de Miami. Es un Centro Comercial al aire libre con vistas a la Bahía de Biscaine, que mejora cuando anochece y comienza la vida nocturna.  Nuestra experiencia en este Hard Rock fue bastante buena. Tiene un museo para mitómanos del Rock más que destacable y apenas esperamos (algo fuera de lo común en esta cadena).

Bayside Market

Tip: Durante toda nuestra estancia allí nos movimos por UBER. Nos pareció una manera rápida y cómoda para movernos por la ciudad.

DÍA 3: LITTLE HABANA

Era domingo y nuestro último día en la ciudad y no queríamos irnos sin visitar Little Habana. Aprovechando que estaba en el Centro de Miami, nos acercamos al Downtown y al estadio American Airlines Arena buscando una tienda donde encontrar alguna camiseta que llevarnos de los Miami Heat. Pero era domingo y estaba cerrado. De hecho, como casi todos los ‘Downtown’ de ciudades estadounidenses que conocemos, no había ni un ‘alma’. En Bay Front Park apenas nos cruzamos con gente, así que fotografiamos la preciosa Freedom Tower (un edificio histórico que actualmente alberga varias salas de exposiciones) y cogimos el metromover para ver la ciudad desde otro punto de vista y gratis. Tenéis más información en https://www.disfrutamiami.com/metromover.

Miami Downtown

Desde una de las paradas cogimos un Uber para que nos llevara a Little Havana que tantas ganas tenía de conocer.

Parece increíble que se trate de la misma ciudad. En el mismo momento que llegas a la calle 8, te teletransportas directamente a Cuba que, aunque no la conocemos, pudimos intuir el ambiente que se respiraba en sus calles.

Ese contraste tan brutal entre el Centro de la ciudad y el barrio cubano ,es lo que le da un encanto especial. Hombres rozando los 80 jugando al dominó en la Plaza Máximo Gómez, música caribeña “everywhere” y vendedores ambulantes de cacahuetes se mezclaban con los turistas que habíamos decidido, ese día, visitar la zona. Una buena amiga nos había dicho que no nos fuéramos de allí sin probar el sándwich cubano así que entramos en el Pub restaurant y no nos lo pensamos dos veces. Eso sí, no es lo que se dice comida saludable :-). El local resultó ser bastante grande y si tienes suerte, se puede escuchar música en directo

dav

Tip: Sandwich cubano: Los ingredientes tradicionales son jamón, cerdo asado, queso suizoencurtidosmostaza y, a veces, salami en pan cubano. Se puede prensar y calentar en una plancha. Fuente: Wikipedia

Por la tarde volvimos a la playa, pero esta vez nos acercamos a South Point Beach (El lugar que tanto nos gustó el primer día). No es una playa paradisíaca ni espectacular pero el hecho de que las olas no hagan acto de presencia y que haya que andar bastante para que cubra, nos animó a desplazarnos hasta allí. Y resultó ser una tarde más que agradable hasta que las nubes volvieron a aparecer en nuestras vidas con tormenta a la vista..This is Miami!

Y bueno, hasta aquí nuestro diario una ciudad limpia, con mucha influencia hispana y muy family friendly. Sin dudarlo repetiríamos porque nos dejamos alguna zona interesante por ver, y la utilizaríamos de base para otros destinos cercanos como Key West que fue nuestra ‘espinita’ del viaje. Y vosotros, ¿conocéis la ciudad? ¿Qué fue lo que más os gustó?

MIAMI-NAPLES

Ahora sí que llegó el momento de coger el coche para desplazarnos a la Costa Oeste de Florida. Nuestro destino: Naples. Una ciudad que, habíamos leído en las guías, tenía un downtown digno de visitar y playas con encanto.

Durante todo el trayecto estuvo lloviendo, y nuestro siguiente destino nos esperó con el mismo tiempo. Parece ser que iba a ser la tónica de nuestro viaje…

Teníamos reserva en el hotel Hyatt House Naples. Estaba muy cerca del Centro (en la misma 5th Avenue) y nos asignaron una habitación con unas preciosas vistas al lago. Lo primero que hicimos fue buscar un sitio para comer. Nuestro querido amigo Google nos indicó unos cuantos restaurantes a 200 metros y decidimos seguir sus recomendaciones aprovechando que la lluvia nos daba un respiro. El restaurante estaba en un pequeño centro comercial situado en un muelle ideal y auténtico – De ésos que tanto nos gustan – Ahora sí que la influencia hispana de Miami había desaparecido. Y en Pinchers (cadena de restaurantes distribuidos por todo el Golfo de México) ¡comimos más que bien!

Tin City Waterfront Shops

La lluvia comenzó a aflojar a última hora de la tarde. Lo suficiente para permitirnos acercarnos a su famoso muelle. Habíamos leído que para aparcar allí había un parking cercano de pago. Y obviamente fue donde decidimos aparcar nuestro coche. Depués de casi 15 minutos intentando averiguar cómo pagar en esas máquinas infernales y estresados por el hecho de que el atardecer se nos estaba escapando de las manos, conseguimos pagar con la ayuda de unos locales. Gracias!.

Naples Pier te enamora en el mismo momento que lo conoces. La llovizna seguía presente,  y nos imaginamos que algo influyó en el hecho de que lo disfrutáramos con apenas gente. Los pelícanos no hacían más que deslizarse hacia el agua en busca de su cena y los pescadores del lugar, esperaban pacientes con lata de cerveza en mano, pescar alguna pieza (Ellos sí que saben… :-)) Disfrutando del atardecer, pero con la cantinela de fondo de: ‘quiero una caña para pescar’ de Mario, de repente avistamos unos delfines muy cerca de nosotros. Momento WOW del viaje y uno más que atesorar en nuestros recuerdos. Además, había dejado de llover y pudimos abandonar el muelle con calma, saboreando cada paso y dejando atrás un atardecer más que fotogénico.

Tip: En Naples pier hay parking de pago pero unos metros más alejado hay otro gratuíto que ‘en teoría’ es para clientes de un centro comercial al aire libre. Queda dicho!

Cenamos en la terraza un italiano de la 5th Avenue, donde la camarera nos recomendó una playa muy familiar en la que pasar la mañana del día siguiente. Así que sólo nos quedaba cruzar los dedos para que la página del tiempo no hubiese errado en sus predicciones…

UN DÍA DE SOL EN LAS PLAYAS DE NAPLES

¡Por fin un día despejado y sin nubes a la vista! Abrir las cortinas de la habitación y encontrarte con un lago salpicado de pequeñas embarcaciones listas para navegar, también ayuda..

Nuestro objetivo era acercarnos a Lowdermilk Beach. La camarera nos dijo que no se pagaba en el parking, pero en la entrada claramente se indicaba que era de pago y no quisimos arriesgarnos.

Plantamos nuestra sombrilla y las toallas y pasamos una mañana estupenda en una playa con arena que parecía harina, pelícanos buscando su desayuno, y conviviendo con nidos de tortuga perfectamente delimitados y protegidos. La playa efectivamente resultó ser muy familiar y la recomendamos a aquellos que os animéis a conocer la ciudad.

La piscina del hotel pedía a gritos un baño y seguimos disfrutando del tiempazo que nos regalaba Naples, en sus instalaciones. De hecho, comimos allí mismo. Queríamos aprovechar hasta el último rayo de Sol. Por cierto, para aquellos amantes de un baño fresquito en el mar, olvidaros porque aquí la temperatura del agua roza los 30º

Por la tarde fuimos a conocer otra zona comercial, pero al llegar (las 7 de tarde) estaban cerrado y tampoco nos pareció digno de destacar. Así que cenamos en un mexicano que vimos de camino al hotel. Nuestro ansiado día sin paragüas ha llegado a su fín.

BÚSQUEDA DE CONCHAS EN SANIBEL

Habíamos leído que Sanibel era un pequeño paraíso. El lugar donde muchos van a buscar la concha prefecta. Se encuentra a 70kms de Naples pero el hecho de tener que atravesar todos los pueblos que las separan se hace algo más largo.

De nuevo la lluvia nos acompañó durante todo el camino, pero al llegar allí se olvidó de nosotros y pudimos pasar un día libre de chaparrones.

La isla no puede ser más auténtica. Poca o nula edificación de más de 2 plantas, mucha vegetación, ambiente familiar y ese rollo playero que tanto nos gusta. El faro fue nuestra primera parada. Apenas había nadie y exploramos la zona a nuestro aire. También tenía un muelle cercano y los caminos que enlazaba un lugar con otro estaban repletos de conchas literalmente machacadas. Mario llevaba todo el camino preguntando cuándo íbamos a buscar conchas y cogimos una playa al azar: Bowman Beach.

Senderos repletos de conchas
Faro de Sanibel Island

De nuevo parking de pago, unos metros más adelante baños, duchas y vestuarios y a continuación un paseo de madera que atravesaba una laguna, más vegetación y finalmente la playa.

Bowman Beach se nos presentó como una playa semisalvaje y repleta de conchas! Comenzamos con la búsqueda, pero hacía un sol caribeño de esos que te incitan a estar metido en el agua y allá que fuimos. Tengo que decir que no es una buena playa para el baño (al menos cuando estuvimos allí). El agua estaba refleta de algas y sumergirte no dejaba de ser una aventura apartando a cada paso la flora marina y teniendo cuidado por donde se pisa pues las conchas son traicioneras. Bien es cierto que ‘el deporte isleño’, engancha, y la que suscribe estuvo un largo rato entretenida buscando esa concha perfecta que, por cierto, no encontré pero a cambio nos trajimos una cantidad ingente que esperan en un cajón su destino como accesorio en manualidad o similar 🙂

Almorzamos en un restaurante de esos que dejan huella por su estética playera. La calidad de la comida estaba en línea con el resto de los americanos que probamos por allí, pero el sitio era muy fotogénico (Sobre todo los baños con fotos de Brad Pitt y David Hassefol un tanto peculiares). Digno de recomendar: The Island Cow.

Ya de vuelta a Naples, hicimos un intento por ver una playa que recomendaban en las guías pero teníamos que pagar un ‘peaje’ nada despreciable para el tiempo que invertiríamos allí. Supongo que tener que atravesar una urbanización de lujo con mansiones que quitaban el hipo, tendría algo que ver en el precio por visitar una playa.

Nos dirigimos de nuevo a Naples Pier para despedirnos de ese atardecer que días antes nos enamoró y despedimos esta ciudad de jubilados acaudalados con edificios históricos y playas de 10. ¿Quién se anima a conocerla?

La casa más antigua de Naples

DÍAS DE DESCANSO EN SIESTA KEY

En nuestro itinerario elegimos Siesta Key porque sus playas estaban muy bien valoradas y pasar un par de días en un Cayo antes de comenzar nuestra aventura en Walt Disney World, nos pareció un buen plan para recargar pilas. Pero lo que no sabíamos es que íbamos a descansar más de lo previsto…

El trayecto hasta allí vuelve a ser cómodo por la Interestatal. En un par de horas ya estábamos en nuestro alojamiento. Comienza a llover. Mal empezamos… Habíamos reservado alojamiento en The Capri at Siesta. La chica que nos atendió nos proporcionó mucha información de la zona y nos indicó que disponíamos de una lavandería en el complejo además de un baúl repleto de juguetes y accesorios que llevarnos a la playa. El sitio nos recordó a la estética de algunos moteles donde nos alojamos en la Costa Oeste de los EEUU y el apartamento nos pareció cómodo. Sigue lloviendo. Así que aprovechamos para hacer la primera colada del viaje y decidimos coger el coche para acercarnos a un Centro Comercial a escaparnos de la lluvia y cambiar de aires.

Nuestro alojamiento en Siesta Key

El día siguiente seguía amenazando con nubarrones cargados de agua pero, como parecía que nos daba un respiro, corrimos raudos y veloces a la playa. El mar no estaba en su mejor momento. ¿Dónde estaba ese color azul turquesa característico del Caribe? Pero como al mal tiempo buena cara, los dos ‘peces’ del equipo disfrutaron de lo lindo con  las olas y las tablas que habíamos cogido prestadas en el apartahotel. Una hora después estábamos corriendo de camino al alojamiento porque diluviaba. ¡Nos salvaron los 100 metros escasos que lo separaban de Crescent Beach!

Otro largo rato en el apartahotel y por la tarde probamos suerte en Siesta Key Beach que es la más conocida. De nuevo, aprovechando una tregua con la lluvia, conocimos una bonita playa (Siesta Beach) con algo más de afluencia de gente y de nuevo, volvimos a correr porque la tormenta que amenazaba a lo lejos se acercó antes de lo previsto a tierra firme.

Aprovechando la tregua de lluvia en Siesta Key
Siesta Beach (Se avecina tormenta)

No queríamos tener una triste despedido de Cayo Siesta desde nuestro alojamiento. Había anochecido y dejó de llover. Cogimos nuestros móviles a modo de linterna y nos acercamos a la playa a escuchar esa música de fondo que tanto nos gusta, el sonido de las olas.

Y hasta aquí la primera parte de nuestro viaje a Florida, donde nos llovió lo esperado pero no donde esperábamos. Seguimos nuestro camino hacia el último destino en tierras americanas. ¿Nos acompañáis?

2 Replies to “Florida Parte I: Miami y el Golfo de México”

  1. Maravilloso blog, claro, completo y las fotos… espectaculares. Viajo leyendote. Gracias por compartir y enhorabuena amiga!!! bs

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