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¿Por qué Nueva York? Bueno, los que nos conocen saben que es ‘nuestra ciudad’ y me consta que no somos los únicos 😊 En mayo de 2008 aterrizamos por primera vez allí y volvimos a visitarla en dos Navidades, juntos la volvimos a disfrutar en Otoño de 2010 y en la primavera de 2012. Evidentemente teníamos muy claro que el primer viaje fuera de España con Mario tenía que ser allí, y esta vez en Acción de Gracias. ¿Nos acompañáis?

En agosto 2018, vimos que los vuelos esa semana, estaban muy económicos y tardamos en darle al ‘click’ 10 minutos de reloj. ¡Era el momento! Y enseguida emprendimos la búsqueda de alojamiento. Nuestro objetivo era algún Apartahotel y en el mismo Manhattan. En 3 ocasiones nos habíamos alojado en el Midtown y en apartamentos muy pequeños. Ahora buscábamos algo con ascensor (ya que llevábamos silla de paseo) y algo más grande. Pero enseguida lo descartamos por el presupuesto y nos centramos, de nuevo, en apartamentos. No voy a contar nada nuevo aquí describiendo la NO calidad-precio en la misma isla. Pero queríamos sí o sí establecer nuestra base en el mismo barrio donde habíamos estado otros años (Broodway-Hells Kitchen) y esta vez sacrificamos calidad por ubicación. El apartamento estaba en una situación inmejorable – a unos 5 minutos andando de Times Square – y en la planta baja del típico edificio de viviendas del centro. Estaba limpio, aunque le faltaban algunas mejoras. En general, puedo decir que estuvimos bien pero no repetiríamos.

Algo que teníamos claro es que la silla de paseo era imprescindible allí. El metro de Nueva York es incomodísimo para llevar carro, pero patearse las calles de NY con un niño de 4 años, por muy todoterreno que sea, puede resultar más que agotador. Como nos daba un perezón increíble cargar con el nuestro desde casa, después de mucha búsqueda y consulta (Gracias @mynewyorkblog 😉) encontramos una página de alquiler de equipación para bebé allí que por un precio razonable nos alquiló un Maclaren, y que deleitó con muchas siestas a Mr Mario para superar el jet-lag,

Estación de metro más cercana al apartamento

TIP: La silla de paseo la alquilamos en una página web: www.Swaydle.com, pero hemos visto que ya no existe. Otra opción muy recomendable es alquilar el carro desde España en www.kidsandroll.com. En nuestro caso, lo acabamos descartando por el peso del niño.

El vuelo fue tranquilo y Mario lo superó con nota (quien fuera niño para poder estirar las piernas entre papá y mamá cuando uno quiere echarse una cabezadita). Las pantallas multimedia en el avión también ayudaron bastante. Así que ¡primera prueba superada!

Siempre que vamos allí cogemos taxi hasta la isla, es precio cerrado y nos parece cómodo. Así que esta vez no íbamos a cambiarlo. Aterrizamos un sábado y el tráfico era caótico. Creo que fue la vez que más tardamos en llegar a la Ciudad. Mario estaba agotado y se quedó dormido. La sensación de ir acercándote a Manhattan y encontrarse el Empire State a lo lejos, es como meterte en la película de Solo en Casa 2, así que pese a lo soporífero del trayecto, esa visión es un imperdible! Prohibido echar una cabezadita en el taxi, jejeje.

Llegamos al apartamento más cansados de lo normal y como ya conocíamos el barrio compramos algo de picar para cenar en Food Emporium (Un supermercado con platos precocinados que nunca falta en nuestra visita a NY). La entrega de la silla se retrasó más de lo normal por el tráfico que había ese día, así que no salimos ni siquiera para hacer nuestra primera visita obligada: Times Square. Hay veces que el cansancio vence a todo.

DÍA UNO. REENCUENTRO CON TIMES SQUARE.

NY nos recibió con frio, mucho frío. Llevábamos térmicos y ropa de abrigo porque ya sabíamos que la humedad lo incrementa aún más. La sensación de volver a pisar Times Square y, esta vez, con Mario es indescriptible. Los que sois amantes de NY como nosotros lo entenderéis. Además, estaban preparando un evento por el 90 cumpleaños de Mickey Mouse y la plaza estaba repleta de sillas temáticas con las orejas del ratón más famoso del mundo. Estaba más fotogénica, si cabe.

Times Square y Mickey’s Birthday Celebration

Seguimos paseando hacia el Norte para llegar hasta Rockefeller Center, donde ya tenían el Árbol de Navidad instalado pero sin luces, claro. La pista de hielo sí que estaba en funcionamiento pero esta vez no era el objetivo de nuestro viaje así que tomamos la 5th Avenue hasta llegar a Central Park. Queríamos que Mario disfrutara de los patos que hay en el lago de la entrada y se bajara de su ‘amada silla de paseo’ que ya había hecho suya, para jugar un rato con las hojas, pero no le vimos muy colaborador – creo que el jet lag tenía algo que ver…Luego, volvimos sobre nuestros propios pasos hacia Rockefeller Center. La tienda de Lego seguro que despertaría de su letargo al pequeño Bello Durmiente y ¡así fue! Entrar allí es éxito asegurado para todo aquél que sea fan de la marca y por aquí no podíamos ser menos.

DÍA DOS. QUIERO VER LA ESTATUA DE LA LIBERTAD

Esta vez decidimos visitar One World Trade Center porque ya habíamos subido, en otras ocasiones, al Empire State Building y a Top of the Rock. Queríamos una visión diferente pese a que no nos hubiera importado subir a una de estas dos últimas. Pero el día siguiente amaneció con mucha neblina y en la misma puerta nos aconsejaron que lo dejáramos para otro día si no queríamos desperdiciar nuestro dinero.

Así que, aprovechando que estábamos en el Downtown y que Mario insistía en que quería ver la Estatua de la Libertad, pusimos rumbo a Battery Park y ya de paso nos hicimos la típica foto con Toro a la Carga y la niña sin miedo que, por aquel entonces, estaba ubicada en el mismo sitio. Cogimos el ferry gratuito (sí, ese de color naranja) e hicimos un viaje de ida y vuelta contemplando a Ms Liberty. Personalmente me parece una opción genial si no quieres invertir dinero en verla, pero en una de nuestras anteriores visitas nos acercamos a Staten Island y verla de cerca, impresiona. Además, las vistas desde la Isla del Skyline del Downtown no son nada despreciables.

DÍA TRES. UN LUNES EN LAS ALTURAS

Volvimos a probar suerte con la subida al rascacielos al día siguiente, y esta vez el tiempo sí estaba de nuestra parte. Había amanecido totalmente despejado y se preveían unas temperaturas templadas para lo habitual en esas fechas. Y bueno, que os voy a contar del espectáculo que montan los americanos en todas sus atracciones..Simplemente, espectacular! La subida en el ascensor te deja con la boca abierta, no sólo por la presión a tanta velocidad, jejeje, sino por las imágenes que proyecta el ascensor. Una vez arriba hay unos chicos muy simpáticos que por el módico precio de 5$ te alquilan una Tablet para que te orientes e identifiques fácilmente los edificios más emblemáticos de la City. Nosotros preferimos descubrirlo, tardar algo más en encontrarlos y mantener en nuestro bolsillo esos dólares. Una vez allí, no te cansas de hacer click con la cámara. Es increíble la perspectiva que te da la ciudad a vista de pájaro. Cuando hicimos la bajada, de nuevo, en el ascensor Mario quería volverse a subir y entendí perfectamente que lo quisiera hacer 😊. Obviamente, después de haber subido a los tres miradores, sin duda, me quedo con el Top of the Rock al anochecer. Las vistas del Empire iluminado son bien conocidas por todos, sólo hay que ir allí y ¡juzgar por uno mismo!

Justo al lado, se haya el monumento a los fallecidos por 11S y francamente impresiona. La gente en silencio, el sonido del agua caer hacia abajo, como si fuera hacia la ‘nada’, los nombres de todos y cada uno de los fallecidos grabados allí….Estremecedor.

Después nos dirigimos al Pier17 a conocer el nuevo Centro Comercial que sustituía el antiguo. Estaba a punto de inaugurarse así que no pudimos ver mucho, sólo el exterior. Y pintaba bien. Así que tendremos que anotarlo para la próxima 😉. Y, bien es cierto que podíamos haber cruzado el Puente de Brooklyn porque hacía un tiempo estupendo, pero queríamos comer en una de las famosas pizzerías y ya era hora de ‘have lunch’. Unas paradas de metro y unos minutos después, estábamos haciendo cola en Grimaldy’s Pizzería para entrar a engullir sus populares pizzas. No defraudaron. La sobremesa la hicimos paseando por Dumbo y Main Street Park.

Playa en Main Street Park

Descubrimos que las fábricas abandonadas que bordeaban el parque hace años, habían sido rehabilitadas y sus restaurantes con terraza eran más que apetecibles. Esta zona es, sin dudarlo, nuestro lugar favorito para sentarte en un banco, o en el césped del parque (si el tiempo acompaña) y disfrutar del Skyline de NY. Bien es cierto que el tren que pasa cada pocos minutos por Manhattan Bridge perturba un poco lo idílico del momento, pero creo que es secundario. Éso sí, la zona se ha convertido en un must para instagramers buscando ‘la foto’.

Restaurantes en Plymouth St

Nuestra intención allí era entrar en el carrusel para que Mario disfrutara de unas vistas privilegiadas subido a un caballito, pero estaba cerrado…No pudo ser… ¡otra visita que dejar para la próxima vez!

DÍA CUATRO. ¿INFLAMOS UNOS GLOBOS?

El miércoles por la mañana madrugamos y nos acercamos a la tienda recién inaugurada de Fao Schwartz en pleno Rockefeller Center. No esperamos apenas cola y enseguida entramos a la JUGUETERÍA. Y lo pongo en mayúsculas porque desde el momento que entras te quieres llevar todo lo que hay allí. Es el paraíso de los niños y los no tan niños. No recuerdo el tiempo que estuvimos dentro, pero puedo asegurar que fue un rato largo. El piano de Big está estratégicamente colocado frente a Rockefeller Center y aprovechamos a sacar varias fotos desde el ventanal con vistas a la plaza.

Vistas de Rockefeller Plaza desde Fao Schwartz

Luego, cogimos el metro y fuimos directos a Union Square. Nos encantó pasear por el mercadillo que estaba instalado allí, y además, bien cerca tocaba día de mercado de agricultores (Union Square Greenmarket) y compramos una tarta de queso casera de 10.

Uno de los puestos en Union Square Greenmarket

Aprovechando que estábamos cerca de Flatirong Building decidimos ir paseando hacia allí y disfrutar de calles de Nueva York algo menos transitadas por turistas. Sobran las palabras para describir esta maravilla de la arquitectura que uno de los componentes del equipo se perdió porque decidió echarse una cabezadita 😉

Paseando por NYC

Tip: No es difícil moverse por el Metro de Nueva York. Lo ideal es adquirir una metrocard en una de las estaciones para los días que estiméis lo utilizaréis. Importante saber si vas dirección al upper o al downtown para entrar en una boca de metro u otra.

Ya en la tarde nos dirigimos al Upper West Side para ver el inflado de globos que desfilarían al día siguiente en Acción de Gracias. Nos imaginábamos que habría unos cuantos turistas como nosotros paseando en torno a la 6th Avenue y observando como los operarios trabajaban en dejarlo todo listo. Pero nada más lejos de la realidad. El metro estaba a rebosar de gente y la conductora muy animada avisó por megafonía de la parada donde el 99,9% bajaríamos. Oh Yeah! La organización, como siempre de 10, cientos de voluntarios indicando el lugar exacto a dónde dirigirnos, vallas por doquier y gente mucha gente siguiéndonos unos a otros y formando una fila kilométrica. El inicio de dicho inflado de globos nos lo encontramos una hora después. Muchos de ellos estaban ya visibles y lo pasamos pipa descubriendo los personajes que veríamos al día siguiente flotando en el aire. Fue una experiencia frikie muy recomendable si eres de los que les encantan las americanadas y sobre todo si vas con niños. Después del paseo, ¡ya estábamos listos para Celebrar Acción de Gracias!

DÍA CINCO: Thanksgiving Day.

Amanece despejado y a unos -4ºC. Nos forramos literalmente de ropa y nos disponemos a buscar un sitio decente en el Desfile. Decidimos ir hacia Central Park, cerca del inicio de la Cabalgata. Las calles están llenísimas de gente, pero logramos hacernos un hueco en la puerta de un Edificio de Apartamentos de lujo donde tenían unas vallas habilitadas delante de nosotros para hacer hueco a sus adinerados inquilinos. La espera se hace interminable. Hace un frío horroroso y hay que añadir que estamos parados, sin movernos. Mario ya empieza a quejarse de sus pies y tengo que descalzarle y calentarlos con mis manos. Está helado. Comienzan a pasar los globos gigantes con las bandas sonando al más puro estilo americano, el Grinch, Snoopy, Chase de la patrulla Canina…Todo muy gracioso. Pero la gracia se acaba cuando tu hijo de 4 años llora y lo hace por frío así que damos por cerrada nuestra experiencia y nos vamos a paso ligero directos al apartamento a calentarnos y recuperar temperatura. Ese día comemos pavo. Ésto también teníamos que hacerlo, sí o sí 😊.

Thanksgivins Parade

DÍA SEIS: Black Friday.

No teníamos mucha intención de llenar la maleta de ropa nueva. En nuestros anteriores viajes sí que era uno de nuestros objetivos y por aquel entonces el Euro estaba mejor que el Dólar. Pero si te topas de frente con la tienda de Superdry o GAP con dtos del 50% en toda la tienda, a nadie le amarga un dulce! Así que hicimos más compras de las planificadas y sorprendentemente las zonas comerciales no estaban tan saturadas como esperábamos. En el único sitio donde sí había acumulación y pocos descuentos era en UGG.

Tip: Hablando de compras, en el outlet 20th Century no solemos encontrar nunca lo que buscamos en lo que a ropa se refiere, pero en cosmética sí que merece la pena echar un vistazo por ésa sección.

DÍA SIETE: SEE YOU SOON, NUEVA YORK

Las temperaturas habían subido considerablemente y esta vez Mario sí tenía ganas de jugar con los montones de hojas caídas que había por todo el parque y de saludar a los patos 😊. Además, en este viaje Óscar se estaba preparando para la Marathon de Valencia así que cada mañana, antes de iniciar nuestra ruta, se mimetizaba con los newyorkinos y hacía unos cuantos kilómetros bordeando el lago. Si es que no hace falta decir más: ¡¡NY es nuestra ciudad!!

Central Park en Otoño

Por cierto, nos dejamos varias cosas en el tintero: alquilar una bici y dar un paseo por Central Park, subir en helicóptero y sobrevolar Manhattan, ir a nuestro restaurante favorito (Budakkan), volver a ver algún musical… Obviamente tendremos que volver, ¿no?

2 Replies to “Acción de Gracias en NY”

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